Hemos decidido tomarnos en serio y dar a conocer esto del mundillo de los mitos en archivos y sus archiveros/as ya, quitando capas de misterio, mitos y leyendas, y lo decimos desde este rincón de la web porque venimos experimentado un desfase entre la profesión, la percepción social, nuestras capacidades y sobre todo el futuro de la archivera y el archivero en la futurista era digital. No pretendemos sentar cátedra pero si dar nuestra opinión y escuchar la vuestra:

 

Mito 1: El nombre de la rosa

el nombre de la rosa

 

Este mito es el que concibe al archivero como el monje siniestro que atesora el saber de documentos antiguos en un monasterio sombrío, la novela de Umberto Eco y la película con Sean Conery son un thriller súper entretenido para quienes nos gustan las novelas de intriga y misterio, que además tienen este trasfondo, pero la realidad es que nos parecemos algo más a Ottavia Salina de El último Catón, de Matilde Asensi, no por trabajar en el Archivo Vaticano, sino por vivir en el siglo XXI y por tener otras «destrezas» mundanas.

Y me explico, aunque existen estos importantes fondos y deben ser conservados, hoy se hace en laboratorios y en depósitos adecuados a estos tiempos, para evitar incendios literarios, y otras disciplinas académicas y capacidades personales enriquecen fuera de los muros conventuales a las y los profesionales de los archivos, o si no, leed el primer capítulo de «El Regreso del Catón» (aún no hemos tenido tiempo de devorar, y lo estamos deseando, al menos yo)

 

 

Mito 2: El ratón de biblioteca

No me digáis que no tenéis esa imagen en la cabeza cuando alguien os dice, «trabajo en un archivo», y si ya es histórico, aún más, después de imaginarse vete tu a saber, están buscando la sotana debajo del abrigo. Pues después de este primer típico tópico, vamos a por el segundo: «trabajas en un archivo,  ah, sí en la Biblioteca, ordenando los libros,» y en ese momento es cuando se observa un silencio en el que el archivero o archivera en cuestión tiene dos opciones: la primera y más sencilla, es decir muy diplomáticamente:  .- «Sí, más o menos». O la segunda y más comprometida es la de defender una profesión con un campo muy bien delimitado pero que la sociedad e instituciones tienen aparcada como en un único bloque Bibliotecas y Archivos como si de un único ser fuera; lo de Documentalistas y centros de documentación ya es para nota y con suerte te relacionan con los Documentales del Canal Historia.

Sólo digo una cosa, si un bombero apaga fuegos y una zapatera arregla zapatos (por simplificar), ¿porqué los archiveros trabajamos en bibliotecas? Los Archivos custodian, gestionan y difunden documentos generados y recibidos por una empresa, institución o familia y el personal especializado en ésto somos las archiveras y archiveros, tan fácil como eso, luego entramos en la complejidad de la digitalización, restauración, acceso a los documentos, que no es igual a préstamo de libros, la titularidad, la valoración y expurgo para conservar… (no voy a desvelar todas nuestra versatilidad en un solo post, faltaría). Para entendernos, en la biblioteca tienen los libros y en el archivo de la editorial los contratos con el autor y las facturas de impresión de los libros.

Disculpad por la afirmación tan simple, si os dedicáis a los archivos y estáis leyendo esto, posiblemente, veáis este discurso anticuado, pero, nada más lejos de la realidad, en este año 2015 todavía sigo explicando que soy archivera y que trabajo desde la web cuando no estoy en un depósito de documentos y/o que estamos trabajando sobre documentos digitales de 3 siglos de vida.

 

Mito3: El papel transparente

Por desgracia no es un mito, esta es una realidad a cambiar, ya que nuestro papel, es transparente, por no decir invisible en la situación política de cualquier país; vemos los grupos de expertos y listas en las redes sociales llenas de noticias que parecen del MundoToday en lugar de prensa local o nacional: Compran estanterías y se soluciona el problema del Archivo; se van a destruir 100 km de documentos judiciales, la transparencia es una realidad, se ha digitalizado el fondo XXX de tres mil cajas… titulares ficticios y descontextualizados que podemos completar con nombres, localizaciones  y lo que es peor, con autores que aseguran que las noticias son ciertas, y lo rematadamente trágico es que el personal profesional dedicado a gestionar documentos y archivos no aparece como titular de buenas noticias salvo para inaugurar una exposición de fotos antiguas o recibir el legado del erudito local, lo que por un lado es genial, pero insuficiente.

La política de la transparencia y la lucha contra la corrupción pasa inevitablemente por «adoptar» a una archivera o archivero al menos que garantice en los archivos públicos una gestión adecuada y se elimine la documentación sólo cuando sea necesario y en la forma legal y no con nocturnidad y ante una inspección. Los portales de información a la ciudadanía necesitan respuestas, además de saber el sueldo de un alcalde, o lo que se ha gastado en una obra, en los archivos se tiene toda la información generada, y con las restricciones legales, todos y todas tenemos derechos…Esto da para una entrada bastante extensa para explicar porqué la transparencia de gobierno necesita de personas trabajando para ella.

Mito 4: Guardianes del tesoro

Sí, este mito me encanta, guardamos tesoros, muy valorados cuando desaparecen y se genera controversia, ¿os acordáis del Códice Calixtino? pero además de guardianes, somos muy generosos y generosas, a diferencia de Gollum, nuestro tesoro es el acceso a la información y tener salas de investigadores hasta arriba, listas de espera para digitalizar consultas, y dar a conocer pequeñas píldoras de luz en la Historia de un pueblo o solucionar un trámite administrativo mediante la consulta de documentos, copias, en definitiva, por eso hemos saltado de las sedes de los archivos a las redes de internet, tenemos perfiles sociales, os mostramos a personajes importantes, documentos curiosos, y os abrimos las puertas al archivo.

¿Conocéis mas mitos y leyendas por desterrar? Estaremos encantados de leerlos y comentarlos con vosotros.

Finalmente comentaros que si sois colegas de archivo quienes leéis este post, si os parece bien, nos ayudaría a que conozcan y valorasen nuestra profesión y profesionalidad fuera de los muros del convento compartiendo el enlace a estas palabras por las redes.

¡Nos vemos en los comentarios y las redes!

 

 

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